Primero vamos con algunas consideraciones para datar esta ave. A continuación una foto de un adulto.
Es importante reparar en las partes superiores negras, el pico sin punta oscura y ojo rojo, con un anillo ocular que todavía será más patente conforme se acerque la época de cría. En este ejemplar todavía se pueden observar indicios del anillo gutural blanco, que los adultos lucen en invierno, al igual que los jóvenes.Esto es síntoma de que ya ha empezado la muda hacia plumaje de cría (Diciembre-Abril) y que afecta principalmente a la región del cuello y cabeza.
Dos aves más con iguales características
A continuación, un joven.
Destaca la mancha oscura del pico, así como su ojo más apagado y las partes superiores marronáceas. Este ejemplar mudará a plumaje de cría (Enero-Mayo) afectando a algunas plumas del cuerpo, terciarias , cobertoras alares y plumas de la cola. Como resultado en las colonias de cría, algunos de estos ejemplares aparecerán con un collar blanco (como el plumaje invernal de adulto), pero reteniendo las gastadas plumas de vuelo de juvenil, algunas cobertoras y caudales más externas. Estas aves de 2º año calendario completarán su muda completa a plumaje invernal un mes antes que los reproductores.
Otro tema son las subespecies. En el Ostrero se reconocen 3 subespecies: ostralegus (Europa y oeste de Rusia), osculans (este de Asia), longipes (Asia Central). Algunas claves diferenciadoras son:
-La longitud del pico se incrementa de oeste a este, teniendo en cuenta la variación que hay entre sexos, ya que las hembras tienden a tener picos más largos.
-longipes es más pálido y marronáceo, con un surco nasal que llega hasta más allá de la mitad del pico , mientras en ostralegus y osculans no llega hasta la mitad.
-osculans presenta menos blanco en las primarias, no apareciendo en las primarias más externas. En las otras subespecies está más extendido llegando a las primarias externas.
Esto último se puede observar bien en esta foto
El caso es que mientras hacía estas fotos, pude observar una conducta curiosa en un par de gaviotas reidoras que se movían entre el grupo de ostreros, mientras estos se alimentaban. Es frecuente ver en la ría persecuciones de reidoras a pequeñas limícolas: correlimos, andarrios, o incluso a archibebes claros. Pero en este caso, (y seguro que el tamaño, potente pico y malas pulgas de los ostreros, tienen algo que ver)su comportamiento era tal "descuideros en la terminal de barajas", sólo les faltaba silbar. Eso sí en cuanto veían sacar al ostrero su pico del fango, por allí se acercaban, y como a este se le ocurriese posar su botín un segundo, zaasssss... voló.Espero que esta serie de fotos transmita lo que os intento decir.
1 comentario:
Buena entrada Marcos. Yo vi esa misma conducta el fin de semana, en contraposicion del abuso que soportan las agujas en el prado, donde casi cada vez que sacan algo en presencia de estas gaviotas, tienen que comerlo en vuelo.
Saludos
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